Carol Dweck, psicóloga de la Universidad de Stanford, ha investigado los factores a los que las personas atribuimos nuestros éxitos y nuestros fracasos y ha llegado a la conclusión de que lo que realmente nos diferencia es el hecho de observar nuestras capacidades de una manera fija (fixed mindset) o, por el contrario, pensamos que nuestras capacidades están en crecimiento (growth mindset). Los resultados de sus investigaciones pueden encontrarse en su libro Mindset: The New Psychology of Success publicado en 2006. Mindset es simplemente un modelo mental que tenemos sobre como creemos que funcione el mundo. Es un estructura de creencias que gobierna nuestras actitudes y comportamiento – – tanto de forma consciente como inconsciente.Las personas que tienen una mentalidad fija piensan que son sus cualidades las que les llevan al éxito y sólo se enfrentan a tareas que saben, por adelantado, que van a poder realizar. Les interesa saber si lo que han hecho está bien o mal. Cuando se les muestra información que les podría ayudar a aprender o mejorar, no muestran interés alguno ya que no creen que pueden modificar sus habilidades.
Las personas con una mentalidad de crecimiento, piensan que es el esfuerzo el que les lleva al éxito, de modo que no sólo se enfrentan a tareas difíciles sino que disfrutan con ellas. Piensan que la inteligencia puede aprenderse y mejorarse. Por este motivo, prestan atención a la información que les lleva a saber más. El fracaso es una oportunidad de aprendizaje.
Los docentes naturalemente empujamos a nuestros alumnos a desarrollar una mentalidad de crecimiento, ya que es esto lo que les permitirá crecer y seguir aprendiendo. La pregunta clave es: ¿qué mentalidad tenemos nosotros?
En los talleres que impartimos, frecuentemente nos encontramos con maestros que a pesar de querer desarrollar una mentalidad de crecimiento en sus alumnos, tienen una mentalidad fija. ¿Cómo se representa esto en los docentes? Con comentarios como » yo ya sé lo que a mi me funciona», «porqué componer algo que no está roto?» «ya no podría aprender nuevas técnicas’, «esto es demasiado complicado».
¡Estamos metidos en un paradigma! Si queremos desarrollar una cultura en la cual nosotros somos facilitadores de aprendizaje, utilizando técnicas de coaching con nuestros alumnos, debemos de ser los primeros en modelar lo que decimos. Debemos de «creer» que todavía podemos aprender nuevas técnicas, y esto no significa conocerlas teniendo información adicional en nuestro cerebro, sino que utilizarlas, cometer errores mientras las aprendemos y practicarlas hasta que sean naturales. Significa que debemos modelar como pensar y buscar nosotros información en vez de solicitar que todo se nos de por escrito, ya masticado, significa salir de nuestra zona de confort a nuestra zona de aprendizaje, que es incómoda, desconocida y nos hace sentir como principiantes. Si no modelamos nosotros, difícilmente fomentaremos en nuestros alumnos una mentalidad de crecimiento.